Los “Mandatos” que das a tus hijos y cómo estos afectan su futuro

En el artículo de hoy te voy a hablar sobre los “Mandatos”. Este tema es supremamente importante ya que los Mandatos que recibimos en nuestros primeros años determinan muchas de las actitudes y creencias que desarrollamos en la vida; así que conocerlos, y reflexionar acerca de cuáles estás inculcando a tus hijos, es un paso muy importante para su bienestar y felicidad a futuro.

 

Te estarás preguntando: “¿Qué son los Mandatos?” Estos son órdenes o lineamientos que damos frecuentemente a los niños y que poco a poco los van haciendo suyos en forma de actitudes de vida o de creencias. Así como existen Mandatos positivos, también tenemos Mandatos que terminan haciendo mucho daño.

En este artículo quiero mostrarte cinco Mandatos que son muy dañinos para los niños. Me encantaría que cayeras en cuenta de cuáles estás dando a tus hijos y qué podrías hacer para corregirlo. También puedes reflexionar sobre tu infancia y sobre los Mandatos que recibiste tú de tus padres y de tu entorno, probablemente sean esos los que estás replicando ahora.

 

“Se Perfecto” o “Hazlo Perfecto”

Cuando das este lineamiento una y otra vez, tu hijo adopta la creencia de que tiene que ser perfecto o que tiene que hacer las cosas a la perfección para ser visto o para recibir amor. Por otro lado, estos niños terminan desarrollando la creencia de que hasta que las cosas no estén perfectas, no pueden descansar. Internamente se dan la orden de no relajarse, son personas a las que les cuesta disfrutar ya que siempre notan lo que está mal y constantemente tienen que estar perfeccionando algo.

 

“Se Fuerte”

Das este mensaje cuando le dices a tu hijo que no llore, que no esté triste, que no es para tanto. Cuando tu hijo recibe este mandato una y otra vez en su infancia termina desarrollando esta actitud de “persona piedra”, la cual no se permiten sentir tristeza y cree que llorar es de flojos o débiles. Seguramente también perderá su capacidad de ser empático con otros cuando estén pasando por esos mismos momentos de tristeza o de dolor.

 

“Apúrate” o “Date Prisa”

Si eres una mamá o papá que hace muchas cosas a la vez, que casi no tiene tiempo libre, que tiene muchas responsabilidades o que generalmente está de afán, seguramente estás transmitiendo este mandato a tu hijo al apurarlo y presionarlo para que haga las cosas rápido. Cuando tu hijo recibe este mandato en su niñez también desarrolla la actitud de hacer las cosas de afán; probablemente hará muchas cosas a la vez para ahorrar tiempo y podrá tener la sensación de que el tiempo no le alcanza.

Hay dos motivos por los cuales me parece muy dañino vivir de afán: El primero es que nos lleva a desarrollar mucho estrés ya que siempre estamos a las carreras; y el segundo (que es a veces menos perceptible) es que no nos permitimos parar para estar en contacto con nuestros seres queridos, con nosotros mismos y con nuestras emociones.  Hay muchas personas que se dedican a hacer una actividad tras otra y de esta manera evitan detenerse a observar su vida y sus emociones.

 

“Complace”

Das este mandato cuando constantemente envías el mensaje de “Haz lo que a mí me gusta y no lo que a ti te gusta”. Cuando un niño recibe constantemente la información de que es valioso cuando complace, termina olvidándose de quién es y de lo que verdaderamente le gusta, perdiendo así su propia identidad y autonomía. También pierde la capacidad de poner límites, de decir no y de poner sus prioridades por encima de los demás, ya que desarrollará el miedo a que lo dejen de querer o a no gustar.

 

“Esfuérzate”

Este es peligroso porque es un mensaje oculto que estamos mandando. Cuando dices esfuérzate una y otra vez, el mensaje implícito que das es que no tiene lo suficiente para alcanzar sus metas y por lo tanto tiene que dar de más para lograrlo. En este caso tu hijo puede quedar con una sensación de insuficiencia. En muchos adultos he visto que le terminan dando un valor adicional al sufrimiento y creen que si algún logro no les costó demasiado esfuerzo o sacrificio, es un logro que no valoran y que no vale la pena.

 

Ahora que sabes lo que es un “Mandato” y que conoces algunos de los Mandatos más dañinos que reciben los niños, puedes preguntarte: ¿Cuáles recibiste tú? Pregúntate cómo estos mandatos están guiando tus actitudes, tus creencias y cómo te han afectado en tu vida en general. También pregúntate cuáles estás transmitiendo a tus hijos, cómo los pueden perjudicar en el futuro y qué puedes empezar a hacer desde ahora para modificarlo.

 

También te podría gustar...

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *