Hoy en día existe un gran malentendido sobre el significado de la palabra disciplina. Comúnmente creemos que disciplinar es tener mano dura, castigar o regañar. La disciplina tiene múltiples ventajas como permitirles a los niños tener claro cómo se deben comportar en la sociedad y con otras personas, cuales son sus valores y principios, respetar a reglas y normas, seguir rutinas, hábitos positivos y los beneficia a la hora de superar retos. Una parte del rol de padre es disciplinar a sus hijos, pero existen maneras positivas, amables y amorosas de hacerlo distintas al castigo y generación de miedo en el niño.
En este taller enseñaremos cual es la manera ideal de poner límites y reglas en casa y fuera de esta. Con actividades prácticas (las cuales entregamos en archivos de pdf al finalizar el taller) enseñaremos a los padres que es posible tener un hijo disciplinado sin necesidad de deteriorar la relación ni generar conflictos familiares.